Infinite

19 de noviembre de 2015

These will all be stories someday and our pictures will become old photographs and we will all become someones mom or dad someday but right now these moments are not stories this is happening. I am here, and I am looking at her, and she is so beautiful. I can see it. This one moment when you know you are not a sad story. you are alive, and you stand up and see the lights on the buildins and everything that makes you wonder and you're listening to that song on that drive with the people you love most in the world, ...


- Las ventajas de ser invisible -
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Todas estas serán historias algún día y nuestros retratos se convertirán en viejas fotografías y todos nos convertiremos en el padre o madre de alguien algún día. Pero ahora, estos momentos no son historias, esto está pasando. Estoy aquí, y la estoy mirando a ella y ella es hermosa. Puedo verlo. Es este momento cuando sabes que no eres una historia triste, estás vivo. Y estás de pie y ves todas las luces de los edificios y todo te genera curiosidad y estás escuchando esa canción en un viaje con las personas que más amas en el mundo... y en ese momento, juro
que somos infinitos.

Guess Who?


Puede ser una futura amistad, una futura relación, sea lo que sea tiene que pasar por esa etapa de conocimiento mutuo en donde uno no sabe muy bien del otro y sin embargo le va gustando lo que conoce día a día.

Para algunos puede ser una tarea algo engorrosa. "Uff, de nuevo el trabajo de hacer que me conozcan... Debería entregarles un pendrive con mi info y que si les gusta bien y si no que se vayan". Pero un poco la gracia está en eso... En ir endulzándose por la otra persona, en ir metiéndose un poquito cada vez más en la vida de ese otro e ir conociendo hasta esas cosas que quizá no nos gustan tanto. 

Grandes cosas podemos descubrir en las personas en ese juego cual "adivina quién". Y no solo en saber cuál es su gusto favorito de helado, o cuánto calza o cómo se llaman sus papás, sino ir conociéndola por dentro. Cómo reaccionaría ante tales situaciones, saber que tiene mal humor cuando tiene sueño, descubrirle talentos ocultos, admirar su inteligencia, sorprenderte cuando te abraza en el momento que más lo necesitas, reconocer su voz de desanimado, de dormido, de cuando algo le remolonea en la cabeza; la forma en que camina, saber qué tipo de humor tiene, sus pensamientos hacia la vida, sus acciones diarias. Todas esas cosas se van conociendo y uno va descubriendo ciertos aspectos, dimensiones de la persona que incluso quizá ni la misma persona tenía muy definidos. 

Y cada persona nos va sacando cosas nuevas en nosotros y también nos mueve a la curiosidad de querer conocerla (y conocernos) al mismo tiempo. Es todo un bonito juego de a dos.

“Para poder entrar en la mente de otra persona hay que aprender a confiar, para poder entrar en su corazón, hay que aprender a arrojarse al vacío y para sentir su cuerpo tienes que conseguir verte reflejado en sus ojos".



Déjense de joder con lo de la bandera de Francia. Nunca falta la gente que critica absolutamente todo. TODO. TODO con todas las letras. Sí, estoy de acuerdo con que las redes sociales deberían concientizarse no solo por una potencia mundial, un país europeo, sino por todas las personas que están sufriendo en todo el mundo a causa de estas guerras. Y donde no hay una bomba hay una violación, un homicidio, toda clase de barbaridades. Para el caso deberíamos ponernos una foto de perfil negra de luto para toda la vida.

Me parece que es un desgarro a la humanidad todo lo que está ocurriendo no solo en Francia, sino en el mundo. Personalmente no veo nada de malo ponerse una bandera de Francia como foto de perfil. Para mi esa bandera simboliza el dolor que siento por las guerras que hace rato se están consolidando en todo el mundo. Es dolor por un país pero más allá de eso, dolor por un sufrimiento humano. Es el no poder creer que sabemos que nos vamos a morir y sin embargo, hay gente que le saca la libertad de vivir a otras personas.

Por eso en vez de preocuparme por cosas banales como si una persona se pone tal foto de perfil o no y por qué lo hace, me preocupo por el dolor que sigue sintiendo el mundo. Vivimos y estudiamos dos guerras mundiales y estamos experimentando una tercera. Creo que no aprendemos más. ¿De dónde sacaron que para convencer a alguien de algo tiene que matarlo? Hay seres humanos realmente monstruosos.



Curso de Cupcakes

22 de septiembre de 2015

El Sábado 19/9 asistí a un curso de Cupcakes llevado a cabo por la tienda online de Cupcakes llamada “House of Cupcakes Argentina”. El curso duró unas 4 horas y aprendimos a realizar la masa, el frosting de buttercream y a decorarlos. El dueño y el mismo que nos dio la clase es super agradable y nos dio además varios tips para que los cupcakes nos salgan perfectos.
Mi primera comida dulce que cociné allá hace unos años cuando me empecé a interesar por la repostería fue unos simples muffin todos inflados y rebalsando de gorditos por fuera del pirotín. Me enorgullece un poquito ver cómo los fui modificando hasta que quedaran así de bonitos.

¡A seguir cocinando!




INFO ÚTIL:

Que nos volvamos a ver

7 de agosto de 2015

El 26 de junio se fue de este mundo Megan, nuestro gatito, un viernes. Después de unas semanas de un gran deterioro donde prácticamente al final no podía moverse por cuenta propia y teníamos que dejarle la comida, el agua y las piedritas al lado suyo en el baño grande donde se instaló. Todavía lo recuerdo y me hace largas un par de lágrimas.
Vivió muchos años, 15. Para un gato es mucho. Sí, ya estaba viejito. Vivió conmigo desde que tengo 5 años, desde mi linda infancia que lo tengo presente en la memoria. Desde incluso antes que naciera Martu.

No voy a ahondar en detalles ni hacer una entrada super emotiva porque prefiero recordarlo de forma alegre y con una sonrisa de esperanza. Esperanza de que algún día lo voy a volver a ver, y esperanza de que está en el cielo con Dios, con el abuelo Ramiro, con la bisabuela Lela, con mi padrino Nacho y con todos los que se fueron antes y que le deben andar haciendo mimos todo el tiempo y jugando con él. Así me gusta imaginármelo. Sé que ahora puede ver bien con los dos ojitos, tiene la columna perfecta, el pelo sedoso y que a veces pasa por acá para ver cómo andamos. Sé que se fija en Brisa también porque en el fondo la quiere. 

A veces en el día a día agitado me detengo a pensar en vos y me encuentro con sentimientos cruzados. Una especie de sonrisa mezclada con tristeza y esperanza. Gracias por haber estado estos quince años conmigo, con mamá y con Martu y por alegrarnos la casa. Te amé, te amo y te voy a seguir amando para siempre. Y cuando sea una abuelita cocinándo pastelitos a mis nietitos les voy a contar todas tus anécdotas; lo que hacías, lo que te gustaba y lo que no, tus acciones, tu personalidad.  Y siempre te vamos a recordar todos con mucho cariño. Tuvimos una suerte única en tenerte. 

"Separarse de la especie por algo superior, no es soberbia, es amor. Poder decir adiós, es crecer". 

Ya nos veremos, no nos olvides. Mientras, pasalo lindo allá arriba. Te amo.










Gané un Sorteo!

7 de julio de 2015

Hace como dos semanas me encontraba matando el tiempo en twitter cuando por otra persona me apareció un tweet que hablaba de un concurso para el día del padre que organizaba editorial Planeta. De curiosa (qué raro..!) abrí el link y me pareció interesante la idea de inscribirme en ese concurso donde sorteaban un almuerzo gratis en un bodegón y una caja de vinos.

Pasó el día del padre y ya me había olvidado del asunto (le regalamos una campera de gamuza marrón y abrigada) cuando me llega un mail diciendo que había sido la ganadora. Quiero decir que me re sorprendió porque no me acuerdo haber ganado ningún sorteo en mi vida. Al principio no me lo creía. Me pidieron un par de datos, me fijé que no fuera un fraude o una estafa y se los di. A los dos días ya tenía los tres vinos rossé en la puerta de mi casa y tenía que mandar un mail para hacer la reserva en el bodegón.

Mandé el mail y me contestaron al día siguiente. Todos muy amables me indicaron que la reserva ya estaba hecha. Recién acabo de volver y sigo sin poder creerlo.

Llevé a mi papá conmigo y comimos de entrada unas muzarelitas empanadas con coulis de tomate y pesto. De plato principal, escalopines “lo Rafael” (con champignones, panceta, cebollita, papas rústicas) y de postre tiramisú. Estuvo todo re rico y abundante y lo mejor es que no tuvimos que pagar nada porque me lo había ganado :P (dejamos propina por la buena atención).

A lo único que llegué a sacarle foto antes de comerlo :P 
Tiramisú ♥

Lo Rafael”, un restaurante de comida hispano-italo-porteña donde se come re bien y es super amplio y muy bonito para ir en familia.

Contacto: 
- México 1501, barrio: Montserrat
- Teléfono: 011-4383-7943

Budín de nueces

29 de abril de 2015

Les comparto otra receta más de mi libro de "Budines y Muffins" de Emi Pechar que están riquísimos. Esta vez les traigo de la página 13 el budín de nueces "Josefína":


INGREDIENTES:
- 200 grs de Manteca
- 200 grs de azúcar
- 4 huevos
- 300 grs de harina leudante
- 1 cda de esencia de vainilla
- Un chorrito de coñac
- Una taza de nueces picadas

Batir la manteca con el azúcar a punto crema. 
Incorporar los cuatro huevos y la esencia de vainilla.
Agregarle la harina tamizada
Aplicarle un chorrito de coñac
Meter las nueces picadas (y pasadas por harina previamente)
Incorporar todo bien.
Si quieren pueden colocarle nueces en la superficie para decorarlo

En un molde inglés verter hasta llenar 2/3 de su contenido.
Colocar en un horno previamente precalentado a 180° durante aproximadamente una hora. 
Nota: En mi horno hay que dejarlo al mínimo y fijarse a la media hora. Tengan en cuenta cómo son los hornos en sus cocinas.

Perfecto para la merienda!






Esta vez, el dolor va a terminar.

19 de abril de 2015

Y llegó el día.

Primero antes que nada les advierto que este va a ser un texto medio largo y personal. Están advertidos para que si en serio lo quieren leer vayan a buscarse algo para comer.

Hace casi 17 años que todos los inviernos me enfermo. Que me agarra fiebre recurrente durante los años, que me acuesto y me dan ganas de toser, que siempre que tengo una infección aunque sea en las anginas, se va para mis pulmones. Me dificulta cantar y por eso no lo hago cuando me están escuchando. Me cuesta hacer natación y correr mucho. Ni siquiera reírme a carcajadas puedo, porque si lo hago al extremo me viene la maldita tos. También cuando me acuesto o cambio de posición bruscamente. A veces porque sí, sin previo aviso. Tampoco son cosas que me condenaron la vida, pero son pequeñas cositas que molestan que estén presentes.

No soy mucho tampoco de hablar de esto. Quizá porque soy una persona algo reservada y no me gusta dar rienda suelta a mis sentimientos tan fácilmente. Pero como escribir es mi terapia, quiero desahogarme un poco en unas cuantas líneas.

Cuando tenía tres años, me contagié algún virus/bacteria/bicho del invierno de por ahí y me agarró mucha fiebre. Mis papás llamaron al pediatra pero él no quería darme ningún antibiótico y les dijo a mis papas que se me iría en un par de días. La fiebre no se iba para nada y cada vez era peor… Cuando fueron de urgencia a otra pediatra (la que tuve hasta hace unos meses), me dio inmediatamente un remedio y me pude curar… ¿completamente?

Los años de mi infancia siguieron pasando y parecía que había desarrollado cierta predisposición a enfermarme cada dos por tres y que me agarrara fiebre. Siempre que sucedía esto, rápidamente mutaba en una neumonía. Por suerte siempre que se me detectaba, la curábamos a tiempo.
A mis papás eso les empezó a preocupar y decidieron llevarme a una neumonóloga (para los que no saben, son los médicos dedicados al sistema respiratorio).  Ella les contó a mis papás que tenía en la base del pulmón derecho, mocos, infecciones, de infecciones anteriores que se habían alojado ahí y bloqueaban la entrada de aire. (Años después me enteré de que este es un síntoma que se llama “bronquiectasias”). Preocupados todos, comenzaron a medicarme con antibióticos cada vez que presentaba fiebre para que no derivara en una neumonía y empecé a usar drogas como el “seretide” y el “ventolin”. Ambas en una “aerochamber” que es la típica cosa esa que se ponen los asmáticos. Pero yo la usaba para que se dilate el pulmón y pudiera toser para eliminar los mocos.

Así pasé varios años hasta que la neumonóloga empezó a ver que mi problema seguía estando y que no se expulsaban. Es más, cada vez se adherían más. Llegué a ir a kinesiología también para que me ayudara a expectorar porque tampoco tengo muy desarrollado el reflejo de la tos. En casa no solía toser y me había acostumbrado a tener ese “ruidito” dentro de mi pecho.
No me olvido más el día que la neumonóloga me hizo sentar en su regazo y me dijo algo como “Mira Vicky, nosotros vamos a esperar a que vos crezcas así tu pulmón también crece y quizá al crecer el pulmón se haga más chiquita la infección y la puedas expulsar, pero sino, vamos a tener que sacarte ese pedacito con una cirugía”. Yo ahí tendría no se… ocho años. Me acuerdo que ese día después de ir a la doctora, fui a la casa de mi abuela materna, me tiré en su cama y me puse a llorar desesperadamente. “No quiero que me operen” lloraba. Tenía ocho años, no sé qué representación de lo que podía ser una operación tenía, pero le tenía pánico.

Los años pasaron y cambié de neumonóloga. A los 16 años aprox comencé a ver a uno nuevo que me mandaba a hacer estudios todo el tiempo para chequear cómo evolucionaban los pulmones. Hará dos años en una de las consultas me dijo que la única manera de cortar el problema de raíz era, justamente, cortando el problema literalmente. Necesitaba operarme. La operación es una lobectomía y me tenían que sacar el lóbulo inferior derecho y quizá tendrían que sacarme más. Depende de cuan infectado esté el pulmón.

Dos años estuve que sí, que no, que quizá, que cuando sea grande… Que “¿para qué la necesito si vivo muy bien así?” Mientras tanto tomaba 3 veces por semana un antibiótico todos los años como profilaxis. Hasta que un día el doctor me comentó que si no me operaba nunca, era muy probable que la pequeña porción que estaba infectada en algún momento contagie a las otras zonas del pulmón y me trajera peores consecuencias. Pensé en mi futuro y no quería imaginármelo con el mismo problema que acarreaba hace 17 años. Eso creo que fue lo que me decidió a operarme. Eso y que además programamos posible fecha de operación para diciembre de 2014 y eso se veía super lejano.

Más llegada la fecha, en Noviembre del 2014 nos contactamos con el cirujano que se suponía me iba a operar. Tuvimos una entrevista y me fui más asustada de lo que estaba. Quedamos en que su secretaria me iba a llamar para concretar una fecha. La secretaria nunca nos llamó. Preocupados levantamos el teléfono para llamarlo y volvimos a concretar una entrevista. Nos volvió a recibir pero solo para contarnos la triste noticia de que tenía él una seria enfermedad, un linfoma. Y que iba a dejar las cirugías complejas para más adelante. Tristes por él y por la postergación de la cirugía nos retiramos. Esa había sido la primera vez que alguien decía que mi operación era “compleja”.
Pasó el verano de 2015 y ni siquiera pensé mucho en mi operación. Tenía la cabeza en irme de vacaciones a Gesell con mis amigas, en estudiar para los exámenes que había dejado para febrero, etc.

Justo antes de que empezaran las clases, caí enferma. Al final no fue nada serio. Me subió la temperatura hasta 38.5 y mis amígdalas eran dos pelotas. Además tenía la boca toda llagada y me dolía una muela. Tenía una simple infección virósica que se me fue al cabo de dos semanas más o menos. En el ínterin, esa pequeña molestia de muela se volvió más grave y me sacaron mi primera muela de juicio.
Ese fue el punto donde con mis papás nos dijimos que era hora de llamar al cirujano que nos había derivado el otro hombre el año pasado. Nos comunicamos con él el 27 de marzo y le contamos toda mi historia clínica. Me mandó a hacer bastantes estudios y nos reencontramos dos semanas después para que él pudiera verlos. Me hice una espirometría, un análisis de sangre, una tomografía con contraste y un electrocardiograma con riesgo quirúrgico. El médico vio los resultados y nos programó una fecha para la operación. 20 de abril de 2015. En solo diez días.
Por primera vez tenía una fecha tangible para el momento menos y más deseado. Por un lado, ya no tendría que lidiar con este problema nunca más, y por otro lado, me aterra de solo pensar en la palabra “cirugía”.

Como toda fan de Google que soy y un poco masoquista, puse en el buscador un montón de cosas acerca de la cirugía, de la anestesia, hasta incluso de la vía endovenosa que era lo que más miedo me daba (lo más estúpido, ya se). Tenía diez días para averiguar todo lo que podía e informarle a todos mis amigos y familiares. Así estuve nueve días investigando y desarrollando graciosos mecanismos de defensa. En ningún momento de esos nueve días me angustié. Después me di cuenta que estuve desplazando toda esa angustia en distintos lugares. Me di cuenta que no dejaba de pensar en la cirugía y cada vez que hablaba con mi mamá salía el tema. Además, hacía chistes super morbosos de un humor negrísimo que solo haciéndolos yo misma no me horrorizaba. Eso sí, si alguien los hacía podía terminar muy mal. Además todos esos días estuve teatralizando más de lo que acostumbro. Teatralicé mil cosas irónicamente, histriónicamente a más no poder. Me acordaba un poco de los nenes cuando tienen algo que los angustia lo demuestran en el teatro, en sus juegos, en la representación de roles. Me vi a mí misma por fuera un segundo y nada me diferenciaba de esos nenes de cinco años.

Y acá estoy. El día anterior a la operación, escribiendo, muerta de miedo. ¿A qué le tengo miedo? A muchísimas cosas. Tengo miedo a la operación en sí porque es bastante compleja, también a la anestesia, al posoperatorio, al no saber en qué estado me voy a despertar, si me va a doler, si me voy a sentir incómoda, si en verdad me va a cambiar la vida para mejor…
Estoy muerta de miedo. Y no sé con quién hablarlo porque nadie, ninguno de mis conocidos está pasando por el miedo que estoy teniendo ahora. Quizá sea una boludez para la clínica, para el cirujano, las enfermeras y todo aquel que se haya hecho una cirugía o que se realice varias constantemente. Pero es mi primera cirugía y le tengo miedo a todo. Lo más cercano a una cirugía que estuve fue cuando me sacaban sangre, o cuando me clavé una astilla en el dedo meñique de la mano y mi abuelo me la sacó. Jamás me cortaron para nada ni me lastimé seriamente. Solo rapaduras y sangrados en los talones por usar zapatos inadecuados que me lastimaron los pies.

Todos tenemos miedo a lo desconocido. Y si me temblaban las piernas y todo el cuerpo como una hija de puta de los nervios y del miedo el día que me sacaron la primera muela de juicio hace un mes… ¿Cómo mierda voy a hacer para enfrentarme al lunes?

Fuerza necesito. La mente es lo que nos paraliza de miedo. La mente con su curiosidad impertinente hacia la certeza de lo incierto.

Cuando me den el alta y tenga que hacer reposo absoluto en cama por dos semanas les cuento qué tal… Hasta entonces. Gracias por leer.

Me cuesta abrirme para que me lean por dentro a veces.

Cupcakes

9 de abril de 2015

Cupcakes
Rinde aprox: 27 muffins
·         200 grs de manteca
·         150 grs de azúcar
·         4 huevos
·         320 grs de harina leudante
·         100 cc de leche
·         2 cucharaditas de esencia de vainilla

Cobertura (frosting*):
·         250 grs de manteca
·         250 grs de almíbar
·         1 cdita de esencia de vainilla
·         Colorante

1.   Batir a punto crema la manteca blanda con el azúcar.
2.   Agregar los huevos y mezclar.
3.   Incorporar la harina tamizada, alternándola con la leche y la esencia de vainilla.
4.   Disponer la preparación en pirotines – colocados dentro de moldes para muffins – o en moldes para muffins directo enharinados y enmantecados previamente hasta llenar 2/3 partes de la capacidad.
5.   Cocinar en horno precalentado a temperatura media (180°) durante 15 minutos aprox.
6.   Retirar y dejar enfriar.

Para la cobertura:

1.   Agarrar la manteca blanda y batirla.
2.   Agregarle la esencia de vainilla.
3.   Colocarle el colorante hasta que quede el color que queremos.
4.   Cuando quede como con consistencia cremosa, agregarle el almíbar y va a empezar a quedar más duro, con consistencia de frosting.
5.   Colocar la preparación en una manga y decorar los muffins!
Y listo!
Notas:
* Hay distintos tipos de recetas para hacer frosting. Yo elegí esta porque me quedé sin azúcar impalpable en casa e igual queda riquísimo. En otras recetas voy a poner quizás las distintas formas de hacer la cobertura. Los cupcakes verdes tienen la receta que dejé más arriba.
** El almíbar se hace calentando dos partes de azúcar con una de agua a fuego medio por 15 minutos revolviendo constantemente hasta que comienza a hervir.

Budín "1,2,3,4"

26 de marzo de 2015

Budín 1,2,3,4
Ingredientes:
v  200 gramos de manteca blanda
v  Esencia de vainilla
v  1 taza de leche
v  2 tazas de azúcar
v  3 tazas de  harina leudante
v  4 huevos (vamos a separar las yemas y las claras)

Preparación.
- En un bol, colocar la manteca y el azúcar y batir a punto crema.
- Luego, ir incorporando a la mezcla la esencia de vainilla y las yemas de los 4 huevos. Después, agregarle la harina alternando con la leche.
- Batir las 4 claras de los huevos hasta que formen picos. Y una vez hecho esto, incorporar las claras a la mezcla principal.
- Enmantecar y enharinar un molde inglés o un molde savarín. Verter la mezcla en el molde hasta cubrir ¾ partes del mismo.
- En un horno previamente precalentado, colocar el budín  a una temperatura de aproximadamente 180 grados (horno medio).
- Retirar del horno luego de una hora.

NOTAS:
·         Tener en cuenta que cada horno es diferente. En mi horno, lo tuve que dejar poco menos de 45 minutos solamente.
·         Si sobra masa, podés colocarla en pirotines para hacer muffins.
·         Se llama “1,2,3,4” porque es fácil de acordarnos cuáles son sus ingredientes. 1 taza de leche, 2 de azúcar, 3 de harina, 4 huevos.


En la foto me salieron algo quemados superficialmente, ojo con el horno. Ir chequeando.

Una receta simple pero realmente muuuuuuuuy rica.


Lo dijiste?

6 de marzo de 2015

Did you say it? "I love you. I don't ever want to live without you. You changed my life." Did you say it? Make a plan, set a goal, work towards it, but every now and then, look around; Drink it in 'cause this is it. It might all be gone tomorrow.


¿Lo has dicho? "Te quiero. No quiero vivir sin ti. Has cambiado mi vida". ¿Lo has dicho? Haz un plan, márcate un objetivo, intenta lograrlo pero de vez en cuando mira a tu alrededor, vive a fondo, porque esta es tu vida, esto es lo que tenemos y quizá mañana… se acabe.


Grey's Anatomy

Right Place, Right Time

5 de marzo de 2015

"The great moments of your life won’t necessarily be the things you do; they’ll also be the things that happen to you. Now, I’m not saying you can’t take action to affect the outcome of your life, you have to take action, and you will. But never forget that on any day, you can step out the front door and your whole life can change forever. You see, the universe has a plan kids, and that plan is always in motion. A butterfly flaps its wings, and it starts to rain. It’s a scary thought but it’s also kind of wonderful. All these little parts of the machine constantly working, making sure that you end up exactly where you’re supposed to be, exactly when you’re supposed to be there. The right place at the right time".

"Los mejores momentos de sus vidas no van a ser necesariamente las cosas que hagan; también serán las cosas que les ocurran. Ahora, no estoy diciendo que no puedan tomar acción en lo que les ocurre en la vida, TIENEN que tomar acción, y lo harán. Pero nunca se olviden de que en cualquier día, pueden salir de su casa y toda sus vidas pueden cambiar para siempre. Verán, el universo tiene su plan chicos, y ese plan está siempre en movimiento. Una mariposa bate sus alas y empieza a llover. Es un pensamiento que da algo de miedo pero es en sí también algo maravilloso. Todas esas pequeñas partes de la máquina en constante movimiento trabajando, asegurándose de que termines exactamente donde se supone que tendrías que estar. Exactamente en el momento que tenés que estar. El lugar y el tiempo precisos".

- El Ted Mosby del futuro en How I Met Your Mother.




10 Peores lugares para esperar

2 de marzo de 2015

Esperar. Es algo que tenemos que hacer varias veces al día por distintos motivos. Claramente existen muchos más de diez pero acá hice una lista de diez horribles lugares para esperar por algo...

1.     Antes de subirnos a un micro.


Por lo menos en Capital, en Buenos Aires no hay nada más tedioso que tener que hacer las dos filas antes de poder sentarnos tranquilos en el micro y empezar el viaje. La primera fila, para dejar los bolsos con el chico que te los sube al micro (sin olvidarnos de la propina para que no los maltrate). Ahí podés estar bastante tiempo porque la gente que sube es mucha y cada una lleva como 3 valijas…
Y cuando ya pasaste esa parte, hay que volver a hacer la fila de personas (pero sin valijas por suerte) para que te chequeen el boleto (que a esta altura, con el stress que genera estar en Retiro, las valijas que despachamos anteriormente, el bolso de mano con sus mil bolsillos asegurados para que no nos roben y las tres billeteras con plata para diferentes usos, sumado al papelito que te dieron en el despache de la valija para que la puedas retirar después….no creo que te acuerdes de dónde dejaste el pasaje). Una vez que te llega el turno, te agarran y te miran el boletito (ni se gastan en mirarte a la cara a veces), chequeen que el número de asiento se vaya a ocupar y por fin te dejan pasar (siempre y cuando no te digan que en realidad te confundiste de micro!)

2.     En la fila de un supermercado


Ok, no es de las esperas más tediosas pero sí que es molesto cuando vos solo querés comprar un par de cosas para la cena y adelante tenés 4 familias con changos llenos con la comida de todo el mes. Y ni te gastás en ir a la caja rápida porque la fila llega hasta la zona de congelados del fondo. No, no es muy agradable. Con suerte nos toca un cajero piola que pasa todo rápido pero si nos toca alguien nuevo sonamos. Media hora tecleando el código de la lata de arvejas porque “la maquinita no lo toma”. Y si las familias de adelante tuyo tienen nenes chiquitos que constantemente están corriendo por todos lados o tocándote y moviéndote el carro es la pesadilla viviente de los supermercados.

3.     En un hospital


Hay distintas maneras y causas para estar esperando en un hospital: Podes estar esperando a que te atiendan en una sala de espera con cincuenta personas antes que vos tosiéndote en la cara con andá a saber qué virus encima convirtiendo la aséptica sala en un caldo de cultivos…
O quizá estés esperando un resultado de un examen. Quiza después tengas que realizar otro o ir a ver a otro doctor con ese resultado. Y el resultado no llega, y vos querés saber qué tenes. Ni la persona más paciente puede con eso.
Pero la peor espera en un hospital es la que se hace en la sala de espera aguardando alguna mínima noticia de algún familiar o amigo al que están operando. Esa puede ser la calma que antecede a un huracán, o la paz que le sigue a una tormenta.

4.     En la sala de espera del dentista.


Es algo que no podemos entender, por qué siempre que llegamos al dentista, aunque no haya nadie antes que nosotros tenemos que esperar tanto. Debe ser el médico que más nos hace esperar.. por eso habrán tantas revistas también. Eso te genera un miedo interno porque encima que tenés que esperar una eternidad, se escuchan por las paredes algunos niños llorando, taladros a máxima potencia…
Es la antesala al infierno.

5. En un aeropuerto

No hay nada mas frustrante que encontrarse en el aeropuerto esperando un avión demorado. Con todos los nervios de viajar y las ganas de llegar al nuevo destino, que te digan que tu vuelo se encuentra demorado o que lo posponen para el día siguiente no es una de las noticias más esperadas que se podrían escuchar. Pero relájense, aunque estén llenos de valijas, camperas y bolsos, un aeropuerto es un lugar muy seguro y pueden darse una vuelta por el free shop, seguir gastando plata o esperar (si tenemos algo de plata) en los salones vip de algunas empresas.

6.     En la parada del colectivo


Algo muy tedioso es tener que esperar en las paradas de los colectivos que sabemos que nunca vienen. Aunque, supongo que peor es esperar mucho un colectivo que se supone que tiene que pasar cada tres o cinco minutos. Eso sí que no te lo esperarías. Y como todas las esperas, se hacen el triple de tediosas cuando tenemos que realizarlas en medio de una tormenta, sin paraguas ni techo alguno. Como si no existieran suficientes colectivos, por qué no vendrán? Misterio.

7.     En un parque de diversiones


Pero sin embargo, no hay espera más ansiosa que la que se realiza para subirse a una montaña rusa en algún parque de atracciones. Eso de estar esperando en una fila donde no podemos salir porque tenemos todas las salidas bloqueadas o por gente o por los barrotes que dirigen la fila y esos carteles que te dicen “a partir de aquí faltan una hora y media para subir!” con toda la emoción. Peor aún para el que nunca se subió a una montaña rusa… Viendo constantemente cómo la máquina con los carritos sube y suspende a las quince personas por una pendiente de cincuenta metros y las tira a varios y aterradores kilómetros por hora. ¿A eso nos vamos a subir? Glup.

8.     En la lluvia


Sin mucho que decir, sinceramente este paisaje hace que toda espera se vuelva molesta. Tener que hacer una fila en el exterior y sin paraguas… Con suerte podemos meternos en el paraguas de la persona de enfrente o de atrás nuestro y refugiarnos un poco. Pero si corre viento y nos topamos con hojas arrastradas por el viento en la cara o esa lluvia molesta finita de seguro nos sube el malhumor unos cuantos niveles.

9.     A la espera de un recital


Para los fanáticos no es una espera tan frustrante, sino que algo más ansiosa. Obviamente con mucha impaciencia porque ya queremos que sea el otro día (es decir, quieren). Porque esperar en una carpa haciendo fila la noche anterior para ver un recital no lo hago ni por Avril Lavigne o Taylor Swift. Sinceramente prefiero dormir bien esa noche y llegar temprano para hacer la fila. Fanáticos. Hacer fila acampando toda la noche para estar de pie durante todo el recital y a veces incluso con lluvia… Supongo que al ver a tu ídolo todo eso hace que valga la pena.

10.  Baño de mujeres


Y para finalizar, no hay peor espera que la de estar haciéndose pis encima y tener que hacer toda la fila larga de mujeres que a veces hasta sale del baño. Si realmente sentimos que vamos a explotar tendríamos que considerar escabullirnos al de hombres. Cómo es que nosotras tardemos tanto y ellos jamás en la historia de los baños tuvieron fila alguna? Y por si fuera poco, ir al baño es contagioso. Empieza una chica o dos del grupo de amigas y como todas nos acompañamos al baño cuando las otras cinco llegan, se “contagian” y su cerebro influye en su fisionomía y les agarran ganas también. Así es como la fila nunca acaba. En esos momentos me gustaría tener vejiga de hombre y poder aguantar más…

¿Qué otras esperas no toleras realizar en las actividades diarias? 

Como un ave

1 de febrero de 2015

Volvió a mirar las hojas en busca de soluciones sin resultado alguno. Tocó repetidas veces las teclas de una de sus varias calculadoras esparcidas sobre el escritorio. Inquieto, prendió otro cigarrillo no sin antes apagar el anterior en el bollo de papel que acababa de hacer con las hojas en blanco que seguían mirándolo expectantes. Miles de palabras le brotaban por su mente pero no podía colocar cualquiera en su expediente. Era un caso judicial y tenía que calcular la cantidad exacta y justa para presentar a la corte y entregar a la justicia. Pronto sería 3 de marzo y mirando al teléfono sabía que en cualquier momento lo recibiría una llamada desde la oficina. “¿Para cuándo la pericia?”. Ser perito contador no le estaba resultando nada agradable.


                Nada se parecía esa escena a la de años anteriores más felices. Claro que Rosario vivía con él y las ventanas estaban abiertas de par en par. Se escuchaba el cantar de las aves por la mañana y cuando ella se iba al banco a trabajar, él se quedaba creando las más sorprendentes prosas. Cada tanto las transformaba en versos y los acompañaba con el piano. Tenía mucho talento. Sabía usar bien sus hojas en blanco. Los días eran más felices. O eso le parecía…

Empezaron siendo ciertas molestias: que él era un vago y que ella llevaba el pan. Un día Rosario se fue por la puerta. Ese día las aves no cantaron, y ella no volvió más. Solo un pichón quedó abandonado en el felpudo, y atormentado por el portazo. El hombre lo vio y reflejado en él se vio. Lo recogió y con el ave pudo volver a escribir, aunque en un estilo diferente. El pichón no tenía mucho para ofrecer a simple vista. Estaba un tanto desplumado y sucio. Sin embargo el hombre vio algo simpático en él, algo valioso. Así que decidió adoptarlo.


                Mientras tanto, el piano se llenó de polvo y lo miraba solitario al hombre que escribía y escribía para ganarse el pan, sentado en una esquina con su escritorio repleto de papeles lleno de números. Al pichón lo encerró en una jaula y lo empezó a mirar cuando necesitó calcular para subsistir. Al crecer, el ave no cantaba; lo miraba y parecía hablarle. Hacía unos ruidos absurdos nada propio de los pájaros y eso le causaba al hombre alguna gracia extraña que usaba para poder entregar sus papeles a tiempo. Así estuvo doce años.

                Su trabajo le proporcionaba bastante dinero, pero también mucha responsabilidad y cansancio. No era en verdad lo que él quería ni se sentía feliz. Pero era lo que había conseguido y lo que le haría recuperar el amor de Rosario. Agarraba el teléfono y la llamaba para contarle cómo se había transformado en un hombre nuevo. Ella le dijo que la dejara de llamar, que no lo amaba más, que lo felicitaba por sus nuevos logros pero que ya se había comprometido con otro tipo. Le dijo que rehiciera su vida y que fuera feliz. No había cosa más grande en el mundo que él quisiera más que ser feliz, pero lo buscaba de maneras incorrectas.

Ese día se sentía especialmente cansado. Cansado como nunca antes había estado en su vida. En el trabajo le habían acortado el plazo de entrega y para colmo había visto a Rosario en una plaza con su pareja. Estaba radiante, feliz, enamorada y totalmente embarazada.

Aquello terminó de destruirle ese mundo de fantasía que se había armado en el cual esperaba esperando esperanzado por algo que cambiara. Luego de fumarse el sexto cigarrillo, agarró todo lo que se encontraba en su escritorio, lo metió en su portafolio, tomó su sombrero y salió impetuosamente de su casa. Quizá de nuevo hacia su trabajo. Salió de la misma manera que había salido Rosario aquella vez. El piano y las hojas en blanco lo vieron irse y temieron que nunca regresara. Pero sí lo hizo. Volvió radiante, feliz e iluminado. Ya no llevaba puesto su sombrero, ni su portafolio. Ya no llevaba consigo ninguna calculadora más. Se sentó por varias horas en el escritorio y esta vez las palabras le fluían de la mano cual cascada. Luego se sentó en el piano y comenzó a acompañarlas con varios acordes.

Pronto, dicen que fue cuando los pájaros comenzaron a cantar de nuevo acompañándolo, que alguien lo escuchó y se enamoró no solo de su música. Pronto llevaron su arte por varios lugares y su felicidad fue compartida con el resto del mundo.

De lo que no se dio cuenta quizás fue que el día en que volvió radiante, su pichón, el de aquella vez convertido en ave; rara y madura, se había escapado.


Había podido abrir su propia jaula y salir por la ventana donde lo encontró el mundo, para cantar.



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