Fin de semana bicicletero

22 de noviembre de 2017

A veces, ciertos días son temáticos. Giran alrededor de un tema, de alguna acción que realicemos y nos lleve bastante tiempo o sea tan intenso que nos marque un pedacito de la mente y de la vida.

El sábado a la mañana, llevada de sorpresa por mi novio, caminamos hasta el parque Los Andes al lado del cementerio de la Chacarita y nos detuvimos en un puesto de ecobici. Me dice “la sorpresa es que hoy vas a aprender a andar en bicicleta”.

Tengo 22 años pero nunca había aprendido a andar en bici. Algo tan común en la infancia como perder los dientes que sorprende cuando uno no llega a la adultez con ese conocimiento procedimental de mover una pierna y la otra manteniendo el equilibrio en ese objeto llamado bicicleta. He tenido bicis, sí. Pero de chiquita no era muy fan de andar en bici y tampoco me llevaron mucho a la plaza a practicar. De igual manera, siempre con rueditas, claro. Y ahí quedó. La bicicleta rosa la doné al no entrarme más por haber crecido y las rueditas siguieron con ella.

Anduve agarrada por mi novio al principio y luego después de 10 minutos me largué sola. Claramente me caía al principio y estuve bastante para encontrar el equilibrio pero al terminar la mañana ya iba sola bastantes metros.
La mañana siguiente volví al mismo lugar y continué practicando (sin tener en cuenta que me dolía un poco el cuerpo de la vez anterior por ser una experiencia nueva y movimientos “nuevos”). Lo hice muchísimo mejor que el sábado y ya doblaba, me recorría toda la plaza sin pisar a nadie (aunque un par de árboles y arbustos sufrieron en el proceso).

El mismo sábado que arranqué, a la noche ya me puse a descargar la aplicación de la Ecobici y recién me lo acaban de habilitar así que ya cuando quiera puedo sacar una bici y pasear por la ciudad. Claramente por la calle todavía no voy, solamente por parques y la última vez ya me animé a la bicisenda y bastante bien.




Nada, solamente les quería comentar lo contenta que estoy por esta actividad nueva que parece tan boba pero es tan gratificante. Estoy en casa ahora con un dolor terrible pero pensando en que quiero YA estar montada en una bici yendo de acá para allá.

El dolor es lógico. Jamás anduve en bici (la de los gyms no cuenta) y estuve “tensa” por estar algo nerviosa por estar aprendiendo algo nuevo. Además de que (si vamos a ser honestos…) hace años luz que no practico ningún tipo de actividad física. ¿Caminar no cuenta, no? Entonces todo eso hace que mi cuerpo tenga que acostumbrarse.

Después, el domingo a la tarde después de salir a pedalear, le prometí a Francesca que le iba a enseñar a andar en bici (sí, la que aprendió un día antes)... y lo hice! Fuimos hasta el río de Vicente López y la niña valiente a los 15 minutos ya estaba pedaleando sola también. Quedamos en volver para seguir practicando. Tenemos que ir a algún lugar donde hayan ecobicis así andamos juntas :P

Ya empezó la época de inscripción a los finales y la semana que viene ya tengo dos pero eso no me va a impedir a hacerme un espacio mini para salir el finde de nuevo a andar en bici, y ahora que tengo habilitada la sesión en ecobici va a ser más fácil. ¿Quién dice que si me sigue gustando y sigo practicando no me compre alguna en un futuro no tan lejano?

A seguir pedaleando!!

Resultado de imagen para bicicleta pinterest

Les dejo la página de ECOBICI por si les interesa:
- http://www.buenosaires.gob.ar/ecobici/sistema-ecobici


2 comentarios:

  1. Esa es mi sobrinaaaa!!! Pedalear te da alas! Me alegro que hayas aprendido =)

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  2. Gracias! sí, tal cual! es como ir volando un poco. Mañana vuelvo, tengo que seguir practicando jaja!

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