A
veces, ciertos días son temáticos. Giran alrededor de un tema, de alguna acción
que realicemos y nos lleve bastante tiempo o sea tan intenso que nos marque un
pedacito de la mente y de la vida.
El
sábado a la mañana, llevada de sorpresa por mi novio, caminamos hasta el parque
Los Andes al lado del cementerio de la Chacarita y nos detuvimos en un puesto
de ecobici. Me dice “la sorpresa es que hoy vas a aprender a andar en bicicleta”.
Tengo
22 años pero nunca había aprendido a andar en bici. Algo tan común en la
infancia como perder los dientes que sorprende cuando uno no llega a la adultez
con ese conocimiento procedimental de mover una pierna y la otra manteniendo el
equilibrio en ese objeto llamado bicicleta. He tenido bicis, sí. Pero de
chiquita no era muy fan de andar en bici y tampoco me llevaron mucho a la plaza
a practicar. De igual manera, siempre con rueditas, claro. Y ahí quedó. La bicicleta
rosa la doné al no entrarme más por haber crecido y las rueditas siguieron con
ella.
Anduve
agarrada por mi novio al principio y luego después de 10 minutos me largué
sola. Claramente me caía al principio y estuve bastante para encontrar el
equilibrio pero al terminar la mañana ya iba sola bastantes metros.
La
mañana siguiente volví al mismo lugar y continué practicando (sin tener en
cuenta que me dolía un poco el cuerpo de la vez anterior por ser una
experiencia nueva y movimientos “nuevos”). Lo hice muchísimo mejor que el
sábado y ya doblaba, me recorría toda la plaza sin pisar a nadie (aunque un par
de árboles y arbustos sufrieron en el proceso).
El
mismo sábado que arranqué, a la noche ya me puse a descargar la aplicación de
la Ecobici y recién me lo acaban de habilitar así que ya cuando quiera puedo
sacar una bici y pasear por la ciudad. Claramente por la calle todavía no voy,
solamente por parques y la última vez ya me animé a la bicisenda y bastante
bien.
Nada,
solamente les quería comentar lo contenta que estoy por esta actividad nueva
que parece tan boba pero es tan gratificante. Estoy en casa ahora con un dolor
terrible pero pensando en que quiero YA estar montada en una bici yendo de acá
para allá.
El
dolor es lógico. Jamás anduve en bici (la de los gyms no cuenta) y estuve “tensa”
por estar algo nerviosa por estar aprendiendo algo nuevo. Además de que (si
vamos a ser honestos…) hace años luz que no practico ningún tipo de actividad
física. ¿Caminar no cuenta, no? Entonces todo eso hace que mi cuerpo tenga que
acostumbrarse.
Después, el domingo a la tarde después de salir a pedalear, le prometí a Francesca que le iba a enseñar a andar en bici (sí, la que aprendió un día antes)... y lo hice! Fuimos hasta el río de Vicente López y la niña valiente a los 15 minutos ya estaba pedaleando sola también. Quedamos en volver para seguir practicando. Tenemos que ir a algún lugar donde hayan ecobicis así andamos juntas :P
Después, el domingo a la tarde después de salir a pedalear, le prometí a Francesca que le iba a enseñar a andar en bici (sí, la que aprendió un día antes)... y lo hice! Fuimos hasta el río de Vicente López y la niña valiente a los 15 minutos ya estaba pedaleando sola también. Quedamos en volver para seguir practicando. Tenemos que ir a algún lugar donde hayan ecobicis así andamos juntas :P
Ya
empezó la época de inscripción a los finales y la semana que viene ya tengo dos
pero eso no me va a impedir a hacerme un espacio mini para salir el finde de
nuevo a andar en bici, y ahora que tengo habilitada la sesión en ecobici va a
ser más fácil. ¿Quién dice que si me sigue gustando y sigo practicando no me
compre alguna en un futuro no tan lejano?
A
seguir pedaleando!!
Les dejo la página de ECOBICI por si les interesa:
- http://www.buenosaires.gob.ar/ecobici/sistema-ecobici