Ya pasaron 2 años desde aquel posteo donde les expresaba todo mi
miedo frente al día siguiente que me iban a operar del pulmón. à (El link, haciendo click
acá). El otro día
lo volví a leer ya que se habían
cumplido 2 años el 20 de abril y leí al
final de la nota que decía algo como “luego
les comentaré cómo me fue”. Una invitación a volver a escribir si salía
ilesa del asunto. Dos años pasaron y ustedes me siguieron leyendo así
que bueno, no me pasó nada grave por suerte pero nunca les conté
nada más.
Voy a usar este espacio para darle un cierre al asunto, o por lo menos contarles cómo fue mi experiencia estos años desde que me operaron.
Estuve cinco días internada. Me operaron un lunes, salí el
mismo sábado. Fue una semana bastante larga, más
que nada para mis papás que se turnaban para quedarse a cuidarme y
siempre estuve acompañada por ellos. Tantos detalles ya no me acuerdo
pero sé que la operación
duró más de la cuenta porque el cirujano tuvo que sacar un
poco más de lo que creía
ya que estaba muy adherido. Por suerte no hubo complicaciones y mismo cuando me
estaban trasladando hacia la sala de postoperatorio me desperté y
los vi de pasada a mis papás y veía desde abajo a las enfermeras y médicos
que me llevaban. Después me desperté nuevamente y estuve toda la primera noche super
grogui, pero era de esperar... con el efecto que quedaba de la anestesia y toda
la cantidad de remedios que me daban...
Estuve como 3 noches en postoperatorio recuperándome
de a poco, comiendo un poco cada día más (no tocaba la comida al principio) y conectada a
mil cables: la sonda de la orina, un cosito para medir el oxígeno
en el dedo índice, cables para medir la actividad cardíaca,
el cosito para medir la presión constantemente puesto en el brazo, el drenaje
(que es como una botella en el piso conectada a un tubo que lleva al pulmón,
sacando la sangre que quedaba y limpiándome la zona de operación)
y por supuesto, el suero. Los primeros días orinaba mediante la sonda así
que no había problema. Cuando me la sacaron, tenía
que llevarme la botella con mi sangre (el drenaje) al baño
con cuidado y constantemente sentía mucho dolor. A veces tenía
que pedir “rescates”
que es cuando te metían mediante el suero una pequeña
dosis de morfina (o un derivado) para alivianar el dolor. Además,
un día me tuvieron que bañar
dos enfermeras. Yo ya estaba en un estado en el cual ya no me importaba nada
por suerte así que no fue tan difícil
aceptar todo, pero en retrospectiva claramente no me gustaría
volver a pasar por nada de eso. La operación fue una bobada al lado de la pesadilla del
postoperatorio (y bueno, claro, estaba dormida).
Ya
cuando me trasladaron a la habitación fue otra cosa. Antes tenía médicos
constantemente viniendo a ver cómo estaba. Ahora venían cada tanto y luego se
iban. El dolor de a poco se fue yendo y me cambiaron la morfina por un remedio
llamado Tramadol, que es un intermedio entre los opiácidos y el paracetamol. Lo malo fue que no bien me lo dieron
empecé a sentirme mal porque un
efecto secundario es el de sentir mareos. Estuve 24 horas mareada (me quería matar) pero por suerte a la noche se me pasó y no me volvieron a dar más. Empecé con el paracetamol y el omeprazol y ya
de a poco empezaron las visitas. Vinieron mis tíos, mis abuelos, mi hermana,
una amiga, etc. para ver cómo andaba. Me hubiera gustado que viniera más gente, más amigas pero lo cierto también es que yo no estaba como para recibir muchas visitas. Todavía me sentía débil y la concentración de gente me mareaba.
Luego pude saludar a todos claramente cuando me fui para casa y me dieron el
alta.
Y acá estoy,
dos años después que me parecen menos. Super super super contenta con la operación.
El año pasado experimenté lo que
es tener un resfriado. Es algo positivo para decir ya que nunca había tenido
uno, siempre iba directo a la pulmonía o cosas así. Fue re loco, me resfrié y después se fue solo, sin antibióticos
ni nada. Parece una cosa re tonta, que le pasa a todos pero bueno para mí era todo un logro. Ya no tengo mal
aliento, ni crepitancias (ruiditos en el pulmón) ni ganas de toser repentinas, ni toso cuando me
acuesto, ademas de que ya no hay nada dañino dentro que contagie al resto del pulmón ni al izquierdo. Tampoco me enfermo todo el tiempo y aunque con un lóbulo del pulmón menos
creo que nunca antes respiré mejor
que ahora.
Postdata:
Creo que es importantísimo agradecer siempre. Y no quiero
terminar el posteo sin agradecer a mi cirujano y claramente recomendarlo por si
alguno alguna vez necesita un cirujano torácico. Su nombre es Alejandro Newton y
hasta donde sé atiende
particulares, OSDE Binario, Swiss Medical. A mí me atendió en la clínica Mater Dei a la cual también
agradezco todo su equipo de médicos que me operaron, me atendieron y de
enfermeras que me cuidaron en esa semana. Gracias a mis papás por estar ahí y fijarse que en ningún momento estuviera
sola. Sé que tuvieron que
postergar pacientes, clientes. Gracias por su amor incondicional. A todos los
que me vinieron a ver, a los que rezaron por mí y los que se preocuparon, a mi
familia. Y gracias a Dios por haber permitido que todo saliera más que bien y
regalarme cada vez que me levanto un nuevo día para crecer.
Postdata n°2 (y última prometo):
Me acabo de dar cuenta que este es el posteo en el blog número
100!! En junio se cumplen 6 años desde que lo abrí y aunque no lo escriba con la frecuencia
que me gustaría, pienso seguir manteniéndolo y compartiendo mucho más contenido con ustedes mucho más tiempo ♥